Información de El Colombiano
Pisar Venezuela es entrar en territorio de vigilancia. A la guardia venezolana le inquietan las cámaras, los radares rusos impiden que los drones colombianos vuelen para tomar fotos y ya en Táchira las personas saludan, hablan, pero no dan sus nombres.
El paso se reactiva sin que estén los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro para la foto del apretón de manos. Recorrido por una zona que nunca se cerró.
Una foto de Simón Bolívar da la bienvenida al estado fronterizo con Norte de Santander. De allá hacia el costado colombiano los ciudadanos binacionales cruzan con las manos vacías y en familia; desde este bando al venezolano pasan con bolsas de mercados y maletas que cargan los carreteros por todo el puente.
Hasta el domingo sin cédula o pasaporte venezolano no se podía cruzar al otro lado, pero desde este lunes ese paso quedará habilitado por la reapertura de la frontera que coordinaron el gobierno de Gustavo Petro y el régimen de Nicolás Maduro, una reactivación en la que ninguno de los dos estará para la foto, pero sí sus emisarios.
Vienen nuevas oportunidades laborales y comerciales
Después de un cierre de siete años que provocó que se apagara la vida social y económica de esta área, la perspectiva de la reapertura de los pasos fronterizos despierta sonrisas entre la gente.
El presidente regional del gremio de los comerciantes (Fenalco), Sergio Palacio, sueña con que vuelva la época en que la economía de esta frontera movía 900.000 millones de pesos al año, equivalentes al 90% de todas las exportaciones colombianas hacia el país vecino.
Por aquellos días la escena más común era la fila de camiones esperando su turno de paso por los puentes Francisco de Paula Santander (que enlaza con Ureña) y Simón Bolívar (con San Antonio del Táchira). A la par un desfile de personas a pie que circulaban atiborradas de paquetes.
La reapertura de la frontera no es simbólica
No es simbólica porque empieza a funcionar una economía formal con camiones, empresas que matriculan sus productos y agentes aduaneros que revisan la mercancía. Ese solo hecho de que por los puentes pasen mercancías le quita fuerza a la economía de ilegalidad de las trochas y recupera puestos de trabajo del sector transporte y aduanas. Hay un impacto a las personas con esta decisión de abrir la frontera, es una cosa de fondo.
Tanto desde el lado venezolano como desde el colombiano aún hay personas invitando a pasar por las trochas de manera irregular, así lo constatamos en nuestro recorrido. ¿Cómo harán para que ese tránsito se acabe?
La frontera siempre ha quedado en medio de los vaivenes políticos de Bogotá y de Caracas. ¿Cómo hacer para que no sea así, considerando que hay una comunidad binacional de 12 millones de personas que dependen de que esté abierta?
Foto: Tomada de El Colombiano y de Semana