«Somos un partido político y no tenemos ningún tipo de problema en recoger el 0,5% de las firmas, si todos lo hacemos. El reglamento debe ser igual para todos. O recogemos todos el 0,5%, o ninguno lo recoge. Es el planteamiento que hacemos, porque nos parece una inequidad». Estas declaraciones corresponden a Nicmer Evans, presidente nacional y precandidato presidencial del Movimiento Democracia e Inclusión (MDI), en respuesta a la exigencia de la Plataforma Unitaria plasmada en el reglamento de primarias hecho público en los últimos días.
Frente a lo contemplado en el estatuto comicial que obliga a los partidos ajenos a la coalición opositora, Evans fue enfático en rechazarlo porque considera que quienes han sido proscritos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), como es el caso del movimiento nacional que lidera, ahora correrán la misma suerte entre sus pares que adversan a Nicolás Maduro.
En una concurrida rueda de prensa desarrollada la mañana de este miércoles, el también politólogo subrayó que su aspiración presidencial, que aspira concretar en las primarias opositoras, no corresponden a un capricho suyo, sino que, por el contrario, responde al mandato de la mencionada organización política y cuenta con el respaldo de organizaciones de la sociedad civil.
«Es verdaderamente riesgoso que la Plataforma Unitaria pretenda utilizar el artículo 27 del reglamento para proscribir o determinar quién es partido y quien no lo es (…) 80% de las organizaciones que conforman la Plataforma Unitaria no tienen tarjeta electoral y han sido proscritos por el Poder Electoral», adelantó.
En el mismo orden de ideas, Evans apuntó que no puede haber privilegios para lo que citó como «miembros de un club de amigos» y que, según señaló, decidieron tomarse la Plataforma Unitaria como suya.
Regaño de Petro a Maduro
Por otro lado, ante las interrogantes de los medios de comunicación presentes en el lugar, Evans se refirió a la reunión sostenida entre los presidentes Nicolás Maduro y Gustavo Petro, celebradas horas atrás en el Palacio de Miraflores, y manifestó que el mandatario colombiano dejó muy claro que no considera a su homólogo venezolano una demócrata.
«Nos hace sospechar que la reunión, que duró aproximadamente dos horas, terminó siendo en parte un regaño o jalón de oreja por parte de la izquierda de América Latina, que amplía en este momento su incidencia de poder en los distintos gobiernos del continente, a Maduro en relación con la necesidad que se alinee a una conducta democrática que no los salpique», planteó.
Nota de prensa