EFE
La lingüista mexicana, indígena y hablante de mixe Yásnaya Aguilar es una defensora acérrima de la diversidad lingüística que, según dice, está siendo infravalorada, algo que podría provocar que «en este siglo» mueran «la mitad de las lenguas que se hablan en el mundo».
En una entrevista con EFE a su paso por Madrid, donde presentó su libro «Manifiestos sobre la diversidad lingüística», la mexicana muestra su preocupación por el estado de las lenguas del mundo «que están enfrentando una muerte masiva».
«Yo vengo de un país lingüísticamente diverso, como muchos países, y mi lengua materna es una distinta a la común», contextualiza esta investigadora, que «con el paso del tiempo» se dio cuenta «de lo importante que es la diversidad lingüística para la construcción de un mundo justo».
«Es básico para las relaciones justas entre pueblos y cultura, para la construcción de la paz, no puedes luchar por la democracia si no consideras la diversidad lingüística», apunta.
Aguilar cree que «si la política es el arte de la vida en común, todo eso está atravesado por la lengua»; «si no te das cuenta de esa opresión (por la lengua) es que hablas una lengua mayoritaria, para mí es un asunto político desde su nacimiento». afirma.
Una muerte «masiva de las lenguas del mundo»
La investigadora presentó en España su último libro y recuerda que en el mundo «se hablan entre seis y siete mil (lenguas) dependiendo del método que uses para contarlas».
A pesar de esta gran diversidad, insiste en que «como nunca en la historia de la humanidad estamos enfrentando una muerte masiva de lenguas» con la muerte «de una lengua cada tres horas».
«Ha habido imperios, guerras, ¿qué no ha pasado en la historia?, pero es ahora cuando nos enfrentamos a esto, se calcula que en este siglo van a morir mas de la mitad de las lenguas que se hablan en el mundo y eso tiene un contexto y un por qué», explica.
En esa línea, apunta a la creación de los estados-nación como gran motivo para la desaparición de las lenguas no mayoritarias y no acogidas precisamente por los países como lengua como a todo el Estado.
«Al estado-nación no le gusta que haya más lenguas que una sola», considera la lingüista, quien estima que «para que alguien decida dejar de hablar una lengua es porque hay detrás unas violencias muy fuertes».
Así, pone de ejemplo casos como el francés, donde «se ha negado la diversidad lingüística», el de Canadá, el de España o el de México, donde «la existencia de otra lengua que no sea la del Estado molesta al Estado».
200 años y un 60 % menos de hablantes de lenguas indígenas
Aguilar se detiene en el caso de su país, México, y lamenta que en 1820, «cuando se crea el Estado mexicano» el «70% de la población hablaba una lengua indígena» y hoy solo sea «el 6,1 por ciento».
«Hay claramente una operación y esto sucede en todos los lugares del mundo, si hay 6.000 lenguas y solo 200 países, y cada país apoya una lengua pues la mayoría de la lenguas del mundo han sido amenazadas por el Estado-Nación», concluye.
Además lamenta que en México, «donde se hablan más de 69 lenguas», se esté proponiendo «eliminar el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas» que se creó tras el alzamiento en 1994 del Ejército Zapatistas de Liberación Nacional (EZLN).
«Desde ese momento hubo un cambio, ya no se ve bien decir que hay que desaparecer las lenguas, no da rédito político, pero los hechos es que la política sigue siendo lingüicida», advierte.
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