Estudiar una carrera universitaria en Venezuela es un reto al cual muchos jóvenes deben enfrentarse. La educación «gratuita» en universidades públicas es un camino con diferentes desafíos, aseguran los estudiantes.
La situación económica del país ha afectado la infraestructura y recursos de algunas instituciones, los alumnos enfrentan problemas de transporte, escasez de recursos, entre otras dificultades.
Desafíos generados por el tiempo en espera
Deiner Morles, de 25 años, estudiante de medicina en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, mencionó que lleva aproximadamente 6 años estudiando.
«Actualmente estoy en 5to año, perdí un año por la pandemia en el 2020 y gracias a uno que otro paro que duró de dos a tres meses».
Aseveró que su ingreso a la escuela de medicina se dio a través del Sistema Nacional de Ingreso (SNI), también conocido como OPSU, en el año 2016.
Posteriormente, tuvo que esperar dos años para iniciar la carrera. «Yo me gradué de bachiller en el 2016 y esperé dos años para empezar primer año de medicina (…) en ese tiempo hubo muchos paros porque la universidad no aceptaba que la única forma de ingresar estudiantes fuera por el Sistema Nacional de Ingresos», agregó Morles.
Transporte público, el único medio de traslado para muchos
El transporte también es una de las problemáticas que afecta directamente a los estudiantes, ya que la mayoría no cuentan con vehículo propio y hacen uso de rutas públicas.
Para Morles, residente en la urbanización La Isabelica, en Valencia, le es bastante tedioso movilizarse a la universidad. «En mi trayecto desde mi casa hacia allá en camioneta son aproximadamente dos horas, sumado a las horas que estoy en la universidad, se puede decir que paso 12 horas en la calle».
Por otra parte, agregó que todos los pacientes deben comprar sus materiales para poder proporcionarles atención médica, en ocasiones la institución aporta algunos materiales, pero no todos.
Realidades en la Facultad de Derecho
En cada facultad se vive una realidad diferente, en el caso de la Facultad de Derecho, los estudiantes hicieron énfasis en algunas condiciones precarias que toman lugar en la institución.
Adrián Graterol, de 24 años, estudiante de cuarto año de Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UC, enfatizó que hay poca higiene en los baños y que elementos esenciales de las aulas como aires acondicionados, pupitres y pizarras se encuentran en mal estado.
«Los alrededores de la facultad parecen una selva y el agua potable, ni siquiera hay en los filtros», mencionó Graterol.
«Sigue siendo una universidad prestigiosa»
A pesar de los detalles anteriormente mencionados, Graterol opina que la Facultad de Derecho sigue siendo prestigiosa y con un excelente pensum académico. «El pénsum es muy bueno la verdad, hay cosas que agregar pero en general es muy bueno (…) se aprende muchísimo», comentó Adrián.
Añadió que los profesores de la Facultad de Derecho, e incluso de la UC en general, no obtienen una buena remuneración económica. Mencionó que la mayoría están dando clases para ampliar su currículum o simplemente por vocación.
Infraestructura en mal estado
La Unefa, ubicada en Guacara, siendo una universidad de la Fuerza Armada Nacional, cuenta con un funcionamiento muy diferente al de otras universidades. Los estudiantes deben vestir de uniforme, cursan materias como premilitar y las exigencias son muchas.
Suicosky Galea, de 18 años, cursó el primer semestre de Ingeniería en Sistemas en la Unefa, posteriormente abandonó la carrera.
«Las mujeres teníamos que ir con el pelo recogido, las medias tienen que ser negras (…) hay suficientes profesores, pero habían muchas materias de relleno que no tenían que ver con la carrera».
«Cuando llueve se inundan los salones»
Galea mencionó que en la Unefa «cuando llueve se inundan los salones, pero lo más impactante son los baños, no hay ni un inodoro que funcione, de verdad que están en muy malas condiciones (…) no hay aire acondicionado, el comedor y la biblioteca también están en mal estado»
La exestudiante agregó que hay suficientes profesores, así como también destacó que cumplen muy bien con sus horarios de clase. «Me sorprendió mucho que yo veía mis materias todos los días y los profesores no faltaban».
El balance entre estudiar y trabajar
Rachel Matute, de 21 años, cursante del tercer año de Administración con mención en Mercadeo en la Unesr, inició la carrera en modo virtual debido a la pandemia en el año 2021; posteriormente empezó clases presenciales.
Recalcó que actualmente los salones están en buen estado, con aires acondicionados funcionales y pupitres.
La estudiante agregó que tiene un emprendimiento que le ha permitido tener buen balance entre el trabajo y el estudio.
«No se me hace difícil porque mi emprendimiento es desde casa (…) si fuera un trabajo que me exija un horario no creo que podría»
Indicó que la página web de la universidad no es muy buena. «El sistema es muy malo, se cae y no se visualizan las notas, cuando se cae hay que ir a control de estudios, es un proceso», agregó Matute.
«La educación es buena porque los profesores son buenos (…) yo diría que podría estar a la par de una universidad privada, la verdad no me quejo» citó Rachel.
Resaltó que los sueldos de los profesores se basan en cuantas materias enseñan, mientras más materias den, mas remuneración adquieren.
Finalmente, es importante mencionar que las universidades públicas en Carabobo siguen subsistiendo a pesar de la situación política y económica del país, comprometidas con la educación de los futuros profesionales.
Redacción: Jesús Moreau
Foto: composición gráfica referencial Radio América