Por Julio Castillo Sagarzazu
La decisión de María Corina Machado de participar en las elecciones primarias es un hecho político mayor de este periodo.
Lo es por varias razones. Primero porque es una decisión que va en la vía de incrementar la fuerza de una salida política a la crisis de Venezuela y luego porque ha puesto, en el desalentado panorama de la oposición venezolana, una referencia que no estaba en el tablero.
Por supuesto que es demasiado pronto para lanzar el sombrero al aire y declarar que el camino para presentar una opción electoral competitiva ya está recorrido.
Venezuela no es un país normal y el régimen de Maduro aun conserva los poderes facticos que pueden hacer naufragar cualquier iniciativa democrática para salir de nuestra pesadilla.
Para que tal perspectiva cuaje, entonces, son necesarias muchas cosas. Una muy importante es que la realidad geopolítica mundial y los intereses de los aliados de la democracia venezolana y los aliados de Maduro, puedan coincidir para auspiciar ese proceso. Para ello la presión interna y externa no solamente no debe cesar, sino que debe ir “in crescendo”.
Sobre este ultimo particular hay varias noticias auspiciosas. La movilización social en el país, es una de ellas. Las manifestaciones del magisterio y los funcionarios públicos no han sido derrotadas y administran sus fuerzas con inteligencia para no desgastarse y conservar sus activos en buenas condiciones. La dirigencia social, tendrá un papel importante en mantener el clima de lucha y la unidad de los factores sociales.
La otra noticia interesante, esta referida a la fotografía que hoy muestran los estudios de opinión: En efecto, la intención del voto de los venezolanos sigue siendo alta y contrasta con la poca adhesión simultánea a los partidos políticos. Dicho de otra manera: la crisis de representatividad de los partidos políticos, no ha sido óbice para que nuestros compatriotas pierdan la esperanza en el valor de su voto para expresarse políticamente. Incluso, aun mas sorprendente, es el alto numero de voluntades que se expresan a favor de participar en un proceso de primarias de la oposición.
Estos mismos estudios de opinión revelan que la principal recipiendaria de esa confianza electoral es María Corina Machado. Ello esta, sin duda, ocasionado por el reconocimiento a su trayectoria y a las cualidades intrínsecas de su liderazgo, pero también al hecho de que haya tomado la decisión de participar en el proceso político y electoral.
Es natural que un elector premie por sus cualidades a un líder, pero cuando percibe que ese líder va más allá de una postura testimonial y le percibe resolución par a alcanzar una victoria, no hay dudas de que ese reconocimiento crece y se fortalece.
No obstante, esta realidad, aún hay demasiados desafíos pendientes y mucha necesidad de investigar cuales son los resortes que en definitivamente dispararán la voluntad de los venezolanos para culminar con éxito esta tarea de recobrar la democracia.
Podríamos, sin embargo, a aventurarnos a decir cuales otras cosas nos revelan los estudios de opinión. Veamos:
1. La polarización como la conocimos hace años, ya no existe. El chavismo no es la mitad del país, sino una minoría.
2. Cualquier minoría, en efecto, puede ganar unas elecciones, incluyendo a la minoría chavista.
3. Hay que cohesionar una alternativa, pero a la vez hay que superar la practica del frentismo tradicional y la unidad de las cupulas que no necesariamente es interpretada como una unidad eficaz.
4. El balance de la frustración de los intentos de la plataforma opositora, pesa con fuerza en la construcción de esa alternativa. Pareciera que ninguna fuerza que reivindique esos esfuerzos fallidos, puede convertirse en la alternativa que aglutine a ese 70% que quiere un cambio.
5. Los mecanismos que se utilicen para determinar quien encarna una alternativa competitiva, pasan a tener una importancia capital. Los números que revelan la alta aceptación de las primarias parecieran sugerir que este es un tema que si interesa a los electores.
6. De allí que las primarias no deben convertirse en un nuevo episodio de desmoralización del elector opositor, sino en un momento de potenciar su entusiasmo. Para ello es necesario realizar un proceso transparente, sin exclusiones y donde se garantice el voto de todos los venezolanos estén donde estén.
7. Estas últimas son condiciones materiales obvias, pero es que, además, las primarias en si mismas deben ser un acto de rebeldía cívica, un acto de reafirmación de la lucha democrática y para ello deben parecerse a eso. De allí, que el tema del CNE tiene que ser tratado con cuidado extremo porque este organismo electoral no es un órgano independiente y autónomo, sino una oficina electoral del régimen. Es cierto que, en un país como el nuestro, esa es, una variable que debemos tomar en cuenta porque hay muy pocas posibilidades (al menos hoy) de que esa situación varie. De manera que la oposición tiene que saber que va a jugar en campo rival y con un árbitro de dudosísima independencia.
Por ello, aceptar condiciones absurdas o presiones indebidas, podría desnaturalizar el proceso. Para seguir usando el símil, valdría decir que una cosa es saber que vamos a jugar un partido de futbol con el árbitro en contra, pero otra muy distinta es que aceptemos que ellos pongan nuestra alineación y que cambie4n las reglas del jugo 5 minutos antes de comenzar el partido.
La escena esta servida para comenzar una nueva etapa en esta lucha cívica. La entrada de María Corina Machado a la escena, como dijimos al principio, cambia muchos términos de esta ecuación. Queda un largo camino por delante y muchas tareas pendientes para convertir este fenómeno en una realidad estable y que trascienda el impacto del momento. Un reto importante.
Vale la pena asumirlo.