Miguel Rodríguez Torres, el 4 de febrero de 1992, durante el gobierno del presidente constitucional Carlos Andrés Pérez, era apenas un joven capitán, según sus conocidos muy estudioso, pero también formaba parte del círculo cercano construido entre el teniente coronel Hugo Chávez y el comandante Jesús Urdaneta Hernández, entre otros, en el denominado Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR-200), creado para planificar el intento de golpe de estado de ese año.
MBR-200
De acuerdo a la confesión del propio Rodríguez Torres, muchas décadas después, su primer contacto con el clandestino grupo MBR 200, que se gestó al interior de los cuarteles, fue en 1985, cuando entrenaba en la Academia Militar como paracaidista.
Uno de sus superiores y fundador del MBR-200, el comandante Jesús Urdaneta Hernández, fue uno de los que más lo influenció para vincularse al grupo. Sin embargo, en 1989, cuando se da El Caracazo, Rodríguez Torres, siendo parte de la Guardia Presidencial del presidente Pérez, confiesa años después que aquel episodio lo marcó y no fue capaz de disparar contra quienes saqueaban el país.
Posterior a ese, decidió vincularse al MBR-200 y ser uno de los más activos planificadores del golpe de Estado contra el presidente CAP, a quien había custodiado por varios años.
La toma de La Casona contra CAP
Rodríguez Torres (capitán), fue el encargado de dirigir el asalto a la residencia presidencial La Casona, donde se encontraba esa madrugada la primera dama, Blanca Rodríguez de Pérez; su hermana, una hija y dos de sus nietos pequeños. Como resultado de esa operación, murieron tres funcionarios de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) y un agente de la Policía Municipal de Sucre.
Fotografía referencial tomada de El Estímulo. Crédito Harold Escalona.
Tras el fallido golpe, Rodríguez Torres junto a los demás uniformados sublevados fueron condenados a varios años de prisión, lugar desde donde continuaron planificando el derrocamiento del poder constituido y el ascenso al poder político de alguna u otra manera.
Rodríguez Torres dijo durante una entrevista, que estando en la cárcel se dedicó a trabajar en lo que llamaban «comités bolivarianos», un experimento organizativo cívico-militar, que luego, con la llegada a la Presidencia de Hugo Chávez se fortaleció y además tuvo mayor relevancia, es lo que posteriormente se conoció como «Los Círculos Bolivarianos».
En el año 1994, durante el gobierno del presidente Rafael Caldera, Rodríguez Torres fue uno de los beneficiados por el indulto general presidencial, incluso se le dio la oportunidad de continuar dentro de las filas militares. Dentro de las fuerzas armadas fue marginado por sus superiores y enviado a puestos en los rincones más apartados del país.
A pesar de estar vigilado, Rodríguez Torres continuó con su trabajo político clandestino y reuniéndose de vez en cuando con Hugo Chávez, tal como lo confesó durante una entrevista con la agencia Internacional de noticias Reuters, donde contó que en uno de esos encuentros, «en los Médanos de Coro, Chávez incluso lució una peluca y un sombrero para que no lo reconocieran. Ese día Chávez me insistió en que pidiera la baja y me fuera a trabajar con él, haciendo política por el país, yo le contesté que era más importante quedarme adentro de las filas, porque una vez él ganara la Presidencia iba a necesitar adentro a hombres como yo».
La noche del domingo 6 de diciembre de 1998, cuando Hugo Chávez ganó la Presidencia de la República de Venezuela, a uno de los primeros que llamó fue a Miguel Rodríguez Torres; a los pocos días, el militar empezaría un trabajo más político que institucional al interior de las Fuerzas Armadas y de seguridad del Estado venezolano. Un hombre estratégico, a quien el presidente Chávez le encomendó la conformación de los Círculos Bolivarianos junto con Diosdado Cabello, Oscar Navas Tortolero, José Gregorio Vielma Mora y el joven Nicolás Maduro.
El 17 de diciembre de 2001, el gobierno juramentó unos 20.000 círculos, pequeños grupos que él defendía como forma de participación popular y organización social, que incluso podían administrar y gestionar recursos para la solución de sus problemas locales. Al Palacio llegaban a pedir fondos para una operación de algún vecino o reparar una lancha, pero los círculos terminarían siendo señalados más como grupos armados de apoyo a la revolución que como asociaciones políticas comunitarias y a Rodríguez Torres se le señala de haber promovido esa faceta.
Extracto tomado literalmente de Tal Cual
Investigaciones en su contra
Rodríguez Torres fue escanlando y se convirtió en una de los hombres de mayor confianza del presidente Hugo Chávez, a pesar de ser señalado por otros dirigentes cercanos, de ser artífice de irregularidades dentro del Servicio de Inteligencia (antigua Disip, hoy Sebin). Incluso Elíézer Otaiza, en su época de director de la institución le abrió una investigación, ninguna de las denuncias prosperaron.
Por el contrario, Hugo Chávez dejó en manos de Rodríguez Torres su seguridad personal. Según la versión oficial, Chávez hizo una última junta de gobierno días antes de morir, desde su lecho de enfermo en el hospital Militar de Caracas. En la reunión, que habría durado cinco horas, solo participaron su sucesor, Nicolás Maduro, su yerno y futuro Vicepresidente, Jorge Arreaza, el ministro de Petróleo y Minas y presidente de la petrolera Pdvsa, Rafael Ramírez, y el militar que permaneció por años en su círculo de confianza, Miguel Rodríguez Torres.
Narcotráfico y las FARC
Algunos críticos de Rodríguez Torres lo señalan de estar presuntamente vinculado con las guerrillas colombianas (FARC). En junio de 2005 el narcotraficante colombiano y broker de armas de la guerrilla de las FARC, José María Corredor Ibagué, más conocido como “El Boyaco” se fugó de los calabozos de la Disip. Rodríguez Torres fue removido del cargo y el gobierno del presidente Chávez anunció que se investigarían a los funcionarios de la institución porque la fuga no hubiera sido posible sin contar con complicidad interna. El ministro del Interior y Justicia de entonces, Jesse Chacón, afirmó que «se habría negociado un millón de dólares para su escape».
Desde entonces, a Rodríguez Torres lo señalan sus enemigos de tener relaciones con el narcotráfico y con las FARC, a pesar de que su propio padre, Jorge Luis Rodríguez Galvis, militar retirado y exalcalde oficialista de Guasdualito, ha sido un duro crítico de los desmanes de guerrilla en esa zona de frontera.
El diario El Tiempo de Bogotá revelaría que existió una reunión entre Rodríguez Torres y el paramilitar Rodrigo Pérez Alzate, alias Julián Bolívar en Caracas. La reunión, aunque secreta, sin embargo habría sido de conocimiento de ambos gobiernos. El objetivo había sido conocer la situación de posibles amenazas de este grupo en la frontera, dentro del marco del proceso de Justicia y Paz que el gobierno colombiano negociaba con las AUC.
Maduro presidente; Rodríguez Torres mayor general
Tras el ascenso de Nicolás Maduro a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, Rodríguez Torres fue más protagonista, al asumir el Ministerio del Interior, Seguridad, Justicia y Paz, y además fue ascendido al rango de mayor general a finales de mayo del año 2013. Se encargó en paralelo del Sebin y del ministerio.
A Rodríguez Torres le tocó confrontar las protestas que se desataron en Venezuela a principios de febrero de 2014 y que dejaron al menos 43 muertos, cientos de heridos y miles de detenidos, muchos opositores lo señalan como el artífice de los ataques represivos, especialmente contra los jóvenes en lo que se conoció como «guarimbas».
El ministro se dedicó entonces a recorrer el país para montar una agenda de “pacificación”, que en el estado Táchira tomó otro color, con el arribo de nuevas tropas militares para aplacar las «guarimbas», especialmente en la ciudad de San Cristóbal.
El 12 de febrero de ese año hubo disparos por parte de presuntos gatilleros que dispararon balas de fuego contra una manifestación estudiantil, entre éstos aparecieron nombres como: Jonathan José Rodríguez Duarte, asistente del general Rodríguez Torres en el ministerio y Andry Joswa Jaspe López, su escolta. Ambos funcionarios fueron detenidos y el caso se puso a la orden de la Fiscalía, donde también reposan, desde hace años, otros expedientes que involucran a Miguel Rodríguez Torres.
El 24 de octubre de 2014 fue sustituido en el cargo por Carmen Meléndez, exministra para la Defensa, por designación del presidente Nicolás Maduro. Su salida de la cartera de Relaciones Interiores, Justicia y Paz se produjo días después de que el Frente 5 de Marzo -un grupo de colectivos de zonas populares de Caracas- solicitara su destitución: representantes de la organización lo responsabilizaron por el asesinato de cinco de sus miembros por parte de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, en el edificio Manfredi, en la parroquia Santa Teresa de Caracas.
Pasó a la disidencia del chavismo
Desde el año 2014, tras ser destituido, se fue desmarcando del gobierno del presidente Nicolás Maduro, buscó acercamiento con los grupos chavistas disidentes, entre los que destacan el del politólogo Nicmer Evans, también se acercó a la Mesa de la Unidad Democrática.
En 2017, tres años después de las protestas de 2014 que desencadenaron la actuación contra los colectivos; Rodríguez Torres se encontró otra vez con un panorama sombrío, con manifestaciones contra el gobierno, y él en este caso apoyándolas, se unió a las voces críticas contra Nicolás Maduro, por convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, a lo que calificó como «un ataque al legado de Hugo Chávez».
Fueron casi 90 días de protestas que dejaron más de 130 muertos, y en ese sentido Rodríguez Torres fue denunciado por el gobierno de Maduro de supuestamente colaborar con la CIA y con el gobierno estadounidense. El mayor general catalogó esto como falso y aseguró que eran parte de un «laboratorio de guerra sucia», montado desde el piso 12 del Servicio de Inteligencia Bolivariano (Sebin).
Ese año, Miguel Rodríguez Torres fue inhabilitado para competir por un cargo de elección popular. En marzo de 2018. El martes 13 de marzo de ese año, el exministro fue apresado por funcionarios del Sebin, cuando se encontraba en un conversatorio con mujeres del Movimiento Amplio Desafío de Todos, que fundó en 2016. Fue trasladado a la sede de la policía política en Plaza Venezuela.
Este 21 de enero de 2023, día de su cumpleaños fue liberado y desterrado, lo montaron en un avión con destino a España, con escala en República Dominicana. Hombre de confianza de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, visto como agente represor por los opositores en la época de la denominada Salida, cuestionado por sus antiguos compañeros revolucionarios, apresado por la institución que manejó durante mucho tiempo.
Redacción: Jorge Isaac Jiménez Flores
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Con información de Tal Cual, El Estímulo, El Nacional.
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