Información EFE
El director de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Michael Greenspon, advierte del deterioro de la libertad de prensa en América en los últimos siete años y denuncia en una entrevista con EFE la situación en varios países iberoamericanos y en especial Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde la “única libertad de expresión es la que permite el Gobierno”.
Hasta 2015 estábamos viendo una mejora de la democracia y una relajación con las libertades de prensa, pero en los últimos cinco o siete años ha habido un aumento del autoritarismo en el continente americano y gente manipulando y cerrando los medios cuando puede, apuntó Greenspon, que concedió la entrevista antes de viajar a Guatemala, donde tiene previsto reunirse con responsables políticos.
En una sala del diario The New York Times, donde Greenspon trabaja como director global de licencias e innovación impresa, el máximo responsable de la SIP subraya que la “primera y principal misión” de la sociedad que preside “es la defensa de la libertad de prensa y de expresión”, objetivos que se alinean -continúa- con los que tanto él como su periódico defienden.
Un defensor de la libertad de prensa
Licenciado en derecho y con una carrera previa en el Boston Globe y el Washington Post, confiesa que estudió leyes pensando en que defendería “la libertad de prensa contenida en la Primera Enmienda (de la constitución de EE.UU.) y que defendería a las organizaciones de periodistas y medios a través de la ley”.
“Las amenazas a la libertad de expresión están presentes más de lo que hayamos visto en probablemente 20 años”, dice, antes de subrayar que cuando la SIP fue creada hace 80 años “la situación, de alguna manera, era como ahora: no podía haber quejas desde dentro de los países”.
En este sentido, cuenta que esta semana se embarca en un viaje a Guatemala para “ejercer presión internacional” de manera preventiva.
En Cuba, Venezuela y Nicaragua “no hay libertad de expresión y solo hay libertad de expresarse en la manera que el Gobierno te lo permite. Guatemala quizá no está en un extremo como esos tres países, pero hay un endurecimiento de la libertad de expresión”, apunta.
Veinte periodistas asesinados en México
En su inglés pausado, Greenspon, que ha prometido ofrecer su discurso de despedida del cargo en español, también menciona a México, donde en el último año han muerto 20 de los 40 periodistas asesinados en el continente.
Hay un aumento de los ataques verbales gubernamentales contra el periodismo, y también un aumento de asesinatos de periodistas, y vemos que la Policía y el Gobierno no siempre se esfuerzan por resolverlos, dice.
“Tanto si es explícito o implícito, realmente se siente como si hubiera algún permiso (desde las autoridades) y por eso hemos pedido al Gobierno mexicano, en múltiples ocasiones, que investigue y juzgue los asesinatos de periodistas”.
Porque para él, los Gobiernos autoritarios, que “pueden ser Gobiernos autoritarios elegidos democráticamente”, cuando “no quieren una democracia libre y abierta, una de las primeras cosas que hacen es limitar los medios y lo estamos viendo cada vez más en todo” el continente americano.
Unos ataques verbales que también recrimina a los políticos estadounidenses como el expresidente Donald Trump, como epítome y principal abanderado de dicha violencia oral contra la prensa.
“En Estados Unidos, algunos ataques no son tan directos como antes, pero los políticos han tenido éxito atacando a los medios. Somos un chivo expiatorio útil para ellos y eso sí ha continuado. (…) Si decimos algo que a alguien no le gusta, nos atacan por ello”, dice antes de señalar de manera indirecta tanto al partido Republicano como al Demócrata e insistir en que aunque la situación ha mejorado el ambiente continúa siendo “difícil”.
El futuro incierto de los medios
Más allá de la defensa de la libertad de prensa, otra de las prioridades de Greenspon en su año al frente de la SIP es luchar por la supervivencia, cada vez más amenazada, de los medios de información ante las dificultades de conseguir financiación.
Menciona la importancia de que las plataformas digitales paguen a los medios por utilizar sus informaciones y de que los Gobiernos desarrollen legislaciones para evitar que muchos de ellos cierren a corto plazo.
Pero más allá, también persigue que las grandes tecnológicas ofrezcan a los medios la ayuda necesaria para que puedan desarrollar la transformación digital necesaria para no naufragar a más largo plazo en el océano internet.
“Nos hemos estado reuniendo regularmente con las plataformas, especialmente con Google, para tratar de que pague a los medios directamente por el contenido que están usando, pero también para que respalden a los medios y las transformaciones digitales”, explica, antes de mostrarse optimista y asegurar que espera que en su año de presidencia “haya progreso y se vea un aumento de los pagos a los medios de América”.