Información EFE
La Asamblea General de la ONU abrió este lunes una sesión especial para discutir las anexiones rusas en Ucrania en medio de una fuerte alarma por los bombardeos llevados a cabo unas horas antes por tropas de Moscú en ciudades de todo el país.
Esos ataques, que según Kiev dejaron al menos 14 civiles muertos y 97 heridos, marcaron el inicio de una reunión en la Asamblea General que se espera dure varios días y que culminará con el voto de una resolución para condenar los referendos de anexión organizados en cuatro regiones de Ucrania.
El jefe de Naciones Unidas, António Guterres, consideró que los ataques a gran escala lanzados este lunes por Rusia constituyen “otra escalada inaceptable de la guerra” por la que los civiles “están pagando el precio más alto”.
Esas palabras resonaron una y otra vez en el hemiciclo de la Asamblea General, donde numerosos países condenaron las acciones de Moscú y Kiev las denunció como un crimen de guerra.
“El mundo entero ha visto una vez más la verdadera cara del Estado terrorista que asesina a nuestra gente. Sufriendo derrotas en el campo de batalla, Rusia la toma con los pacíficos residentes de las ciudades ucranianas”, dijo el embajador ucraniano ante la ONU, Sergiy Kyslytsya.
Referendos ilegales y sin validez
La reunión de la Asamblea General, sin embargo, tiene como motivo principal los referendos celebrados en las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, y los intentos rusos de anexionarse esos territorios.
Al respecto, los países que intervinieron este lunes condenaron esas consultas y denunciaron su carácter ilegal, dejando claro que no cambian en nada el estatus de esas zonas, que siguen siendo parte de Ucrania.
Ese es el mensaje principal del borrador de resolución presentado por Ucrania y sus aliados, que demanda a Moscú que dé marcha atrás a esas acciones y le exige que retire sus tropas inmediatamente y sin condiciones del país vecino.
El texto se preparó después de que Rusia vetara uno similar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, lo que llevó a Occidente a acudir a la Asamblea General, donde nadie puede bloquear un solitario una decisión.
Moscú acusó a Estados Unidos y a Europa de buscar con este movimiento una “escalada” para que el conflicto continúe y Rusia se pueda ver debilitada.
El embajador ruso, Vasili Nebenzia, defendió las anexiones y aseguró que el Gobierno de Kiev ha perdido toda legitimidad en esas zonas y entre los habitantes rusoparlantes del país. Según dijo, la intervención decretada por el Kremlin busca precisamente defender a una población cuyos derechos estaban siendo pisoteados.
Voto público
Buena parte de la reunión de este lunes se dedicó a dirimir una cuestión de procedimiento: decidir si el voto de la resolución -previsto como pronto para el miércoles- será público o secreto.
Lo habitual en este tipo de casos es que la postura de cada país quede reflejada en la votación, pero Rusia había pedido al resto de Estados miembros un voto secreto argumentando que Estados Unidos y sus aliados están ejerciendo una “enorme presión” sobre otros países y que ello permitiría a las delegaciones expresarse libremente.
Sin embargo, su solicitud fue claramente derrotada a pesar de la insistencia de Moscú, que forzó varios votos al respecto, pero que apenas contó con el apoyo de un puñado de países, en lo que puede ser un adelanto de cómo se pronunciará la Asamblea sobre el texto en sí.
El pasado marzo, los Estados miembros de la ONU ya aprobaron con una abrumadora mayoría (141 votos a favor, 35 abstenciones y cinco en contra) una resolución para condenar la invasión rusa de Ucrania y pedir la retirada de las tropas del país.