Por Julio Castillo Sagarzazu
Vamos a ver: ¿Cómo puede sostenerse el argumento de acuerdo con el cual, quien va liderando las primarias, tendría el interés de “darle un palo a la lampara” y no participar en ellas?
La verdad es que hay que estirar o tergiversar mucho los argumentos para llegar a esa conclusión. De hecho, así han procedido quienes han “glosado” unas declaraciones de María Corina Machado en las que textualmente dijo: “SI BLOQUEAN LAS PRIMARIAS… (Mayúsculas nuestras) …iremos hasta el final con primarias o sin primarias”. “Bloquean” es la forma verbal de la tercera persona del plural, es decir, se refiere a que si unos terceros, bloquean este proceso, por razones inconfesables, pues entonces algo habrá que hacer. En efecto, si esto ocurre pues entonces ¿que se supone que deberíamos hacer? ¿Nos quedamos de brazos cruzados? ¿Nos vamos a llorar al valle? Pues no, si bloquean las primarias y nos quitan la principal herramienta que tenemos para tener una candidatura para enfrentar al régimen con un liderazgo legitimado, habrá que seguir adelante.
No olvidemos que, bloquear las primarias, sabotearlas o ningunearlas, es hoy por hoy, el principal objetivo del oficialismo. Maduro va a hacer lo imposible para que no se dé un proceso de donde saldrá quien le derrote en unas elecciones. Si eso no lo tenemos claro, estamos cometiendo uno de los peores errores que se puede cometer en la política: El de la ingenuidad.
En efecto, será Maduro quien usará, no solamente a sus agentes en la oposición (que los hay, no nos hagamos los tontos) sino toda la fuerza del Estado, básicamente la del CNE, para hacer que este proceso naufrague. Aun le quedan varias cartas en la manga. El CNE puede, por ejemplo, hacerse el policía de Valera, aun cuando la CNP acepte todas sus propuestas. Recordemos que el directorio está incompleto y podría argumentar esa “formalidad” para no tomar decisiones; puede decir que las instalaciones educativas no dependen del CNE y que hay que pedírselas al Ministerio de Educación o que el Plan República, depende del Ministerio de la Defensa y son ellos quienes pueden activarlo.
Podría usar al TSJ y declarar que una elección con “inhabilitados” es nula y con ello hacer que solo un héroe, preste sus locales o ayude logísticamente al proceso.
No tener todas estas cosas en cuenta, ya lo dijimos, es ingenuidad.
Pero supongamos que Maduro no puede por razones internas o externas cometer este desaguisado, pues entonces tendríamos que hacer acopio de fuerzas para que esas primarias, no solo se hagan, sino que se hagan bien. Hacerlas bien, significa que el proceso tiene que ser transparente, inclusivo, que voten todos los venezolanos dentro y fuera del país y, una cosa muy importante, que se preserve la identidad de quienes participen. ¿Por qué esto último tiene importancia? Porque ya sabemos que, aun cuando los mecanismos de control social han perdido capacidad de presionar, aun el Estado mantiene mecanismos de amenaza y coerción que pueden hacer que muchos compatriotas se inhiban de venir a votar. Unas primarias, con poca asistencia serian un regalo innecesario para Maduro. La CNP, tiene en sus manos este problema que ojalá resuelva de manera satisfactoria pues, lo repetimos, no es un tema menor.
De manera entonces que el bloqueo de las primarias es una realidad que no pertenece al mundo de la ciencia ficción y para lo cual debemos prepararnos. ES un asunto que nos interesa a todos los que queremos un cambio en el país.
Si ese bloqueo no ocurre e impedimos, con la fuerza social que hayamos levantado, que Maduro no pueda sabotearlo, pues entonces, debemos trabajar para que su resultado sea aceptado por la gran mayoría de los venezolanos.
Tengo para mí, que esa es la opinión de María Corina Machado que hoy encabeza las encuestas y que sigue desplegada por todo el país, pidiendo a los venezolanos que el 22 de octubre le acompañen votando por la opción que representa.
Hacer lo que esta haciendo es lo que recomienda el sentido común, en eso es lo que la veo comprometida y, sobre todo, eso es lo que recomienda el Tigre de Carayaca: “Mano segura no se tranca”.